Wednesday, March 9, 2016

Cuban Opposition Leader Denounces: The Cuba they want to make fashionable.

"Cuba is fashionable to vain politicians who want to take their photo with the last dinosaurs on earth." - Regis Iglesias



The Cuba they want to make fashionable.

By Regis Iglesias, spokesman Christian Movement Liberation

Published in Spanish in El Nuevo Herald on February 16, 2016

Cuba is in fashion. No, not Cuba, Cuba is more than 11 million people without rights that seem forgotten by the free world, by those countries with a long democratic tradition. Even those countries that after many sacrifices and a lot of solidarity and international support were able to obtain for their peoples rights long denied just two decades ago.
Cuba is fashionable to vain politicians who want to take their photo with the last dinosaurs on earth. So they go to Cuba and spend hours listening to the very feverish official version of how due to the fault of a democracy, the largest and oldest in the world, that they the saurian-commanders had to convert a whole nation into a military camp in the middle of the sea, surrounded by barbed wire with nuclear missiles pointed at the heart of America. The same America, as it does with every fashion trend it adopts, now tries to sell to the world its mistaken policy for the longest dictatorship in the Western Hemisphere.
But in our island nothing has changed, nor will it change on the current path even though from Washington they want to sell us that.
The Cuban regime is only recycling itself. The old oligarchy gives continuity to the new oligarchy that with their offspring, heirs of a military economic junta, the architects of fake change, as Oswaldo Paya of the Christian Liberation Movement denounced before being assassinated.

Cuba is not changing nor will it change with more foreign investment because the capitalists of the world go there to compete amongst themselves, not with Cubans who are not allowed the possibility to promote some important business. They will accept the policy conditions of exploitation and segregation that are imposed by the regime on authorized employees. In any case, Liu Xiaobo remains a hostage of Beijing. Tibet remains occupied by China. Millions of people are starving outside the major economic centers promoted by the Chinese Communist Party. All this despite the Asian nation having most favored nation status in trade with the United States. Is that what they want to sell to us Cubans? No thanks.

Cuba is not changing nor will change because Ozzy Osbourne and the Rolling Stones visit or give a concert. Nor will it change because Rihanna poses naked in a room with the aesthetics of a 1950s brothel. Beyonce, smoking habanos in the streets of Vedado, or Marc Antonty recreating a party in a fictional Old Havana will not bring change. The New York Yankees, Atlanta Braves or the Tampa Devil Rays going to train on the island is not change nor will it bring change. Not even because Don King goes to Cuba to recruit fighters or the saga of Fast and Furious attempts to film on the battered roads of the island.

Cuba will change and be in style when Cubans finally decide to demand, as over 25,000 citizens have already done so legally, their right to think and act freely, associate to form economic ventures that allow them to thrive, when they can choose their own government and be part of it. But even today it is not possible in the island stopped in time. Even today this is overlooked by those who look at us and only see an island of beautiful beaches, a stale museum where any Marlon Brando played bongos and had sex with any native within his reach, according to the memories of the most elderly.

But that is not Cuba, not the Cuba that we want.

***

La Cuba que quieren poner de moda  

REGIS IGLESIAS

Cuba es la moda. No, no Cuba, Cuba somos más de 11 millones de personas sin derechos que parecen olvidadas por el mundo libre, por esas naciones con una larga tradición democrática e incluso por aquellas que luego de muchos sacrificios y mucha solidaridad y acompañamiento internacional lograron alcanzar para sus pueblos los derechos hace apenas dos décadas.

Lo que está de moda es que las celebrities ociosas con más dinero que talento, los aspirantes a una santidad mediática que dando la espalda a las víctimas toman café con el victimario, los beodos iconos musicales de una generación que padeció persecución, segregación, cárcel y hasta la muerte por escuchar de manera semi clandestina sus éxitos en discos entrados a la isla de contrabando o en estaciones musicales del sur de la Florida que eventualmente llegaban con su señal a nuestras costas, los mercaderes ansiosos de fácil ganancia, no importa que el éxito de sus jugosos negocios se deba a una mano de obra esclava a la que le es prohibitivo sindicalizarse o contratarse directamente sin la mediación de un régimen militar-empresarial que se lleva el 95% de su salario y solo paga el equivalente de 25 dólares mensuales a los “privilegiados” cubanos que pueden trabajar para alguna firma extranjera. Eso es lo que está de moda, que vayan a nuestra isla, la isla en la que por muchas décadas leer revistas del corazón, escuchar rock, ser homosexual o practicar alguna religión era poco más que un pecado mortal que debía ser purgado en campos de concentración, la isla donde sus ciudadanos no tienen derechos y son segregados de las oportunidades de negocios solo por ser precisamente cubanos.

Cuba está de moda para políticos vanidosos que quieren hacerse la foto con los últimos dinosaurios sobre la tierra. Por eso van a Cuba y pasan horas escuchando la muy afiebrada versión oficial de cómo por culpa de una democracia, la mayor y más antigua del mundo, tuvieron que convertir los saurio-comandantes toda una nación en un campamento que en medio del mar, rodeado de alambradas con misiles nucleares apuntando al corazón de América, esa misma América que al igual que hace con cada tendencia de moda que adopta, ahora vende al mundo su equivocada política respecto a la dictadura más longeva del hemisferio occidental.

La época en que los deportistas eran tildados de traidores, porque prefirieron ganar millones en los circuitos profesionales de Estados Unidos, quedó atrás solo con un par de declaraciones para la TV norteamericana de algún que otro mandamás de la oligarquía y ahora pueden regresar y, por supuesto, llevar dólares a sus antiguos jueces para que continúen condenando, encarcelando, desterrando y asesinando a personas que solo disienten, que solo quieren vivir en un país, su país, con libertad para expresarse, para asociarse, para tener sus propios negocios, para elegir y ser elegidos, para entrar y salir libremente de su propio país o residir en cualquier punto de la geografía de ese archipiélago llamado Cuba.

Pero en nuestra isla no ha cambiado nada, ni por el actual camino cambiará nada aunque incluso desde Washington nos quieran vender eso.

El régimen cubano solo se recicla a sí mismo. Da continuidad la oligarquía vieja a la nueva oligarquía que son sus vástagos, los herederos de la junta económica militar, los artífices del cambio fraude, como denunció antes de ser asesinado Oswaldo Payá.

Cuba no está cambiando ni cambiará con más inversión extranjera porque los capitalistas del mundo irán allí, a competir entre sí mismos, no con los cubanos a los que no se les permite tener la posibilidad de fomentar algún importante negocio. Aceptarán las condiciones de explotación y segregación política que a los empleados autorizados imponga el régimen. En todo caso, Liu Xiaobo continúa siendo un rehén de Pekín, los tibetanos ocupados por China y millones de personas mueren de hambre fuera de los grandes polos económicos fomentados por el partido comunista chino a pesar de que la nación asiática tiene trato de nación más favorecida en su comercio con Estados Unidos.

¿Eso es lo que nos quieren vender a nosotros los cubanos? No, gracias.

Cuba no está cambiando ni cambiará porque Ozzy Osbourne y los Rolling Stones la visiten o den algún concierto, porque Rihanna pose desnuda en una habitación con estética de prostíbulo cincuentero, Beyonce se contonee fumando habanos por El Vedado o Marc Antony simule andar de fiesta en una ficticia Habana Vieja. No está cambiando ni cambiará porque los New York Yankees, los Bravos de Atlanta o los Tampa Devil Rays vayan a entrenar en la isla. Ni siquiera porque Don King vaya a contratar boxeadores o la saga de Fast and Furious se intente filmar en las maltrechas carreteras de la isla.

Cuba cambiará y estará de moda cuando finalmente los cubanos decididos hayan reclamado, como ya lo han hecho legalmente más de 25,000 ciudadanos, su derecho a pensar y actuar libremente, asociarse para formar empresas económicas que les permitan prosperar, cuando puedan elegir su propio gobierno y formar parte del mismo. Pero aun hoy eso no es posible en la isla detenida en el tiempo. Aun hoy esto es pasado por alto por todos aquellos que nos miran y solo ven una isla de playas paradisíacas, un museo añejo donde cualquier Marlon Brando tocaba bongoes y tenía sexo con cuanto nativo y nativa estaba a su alcance, según recuerdan los más viejos.

Pero eso no es Cuba, no es la Cuba que queremos.

Nuestra libertad es solo responsabilidad nuestra y por eso vamos a continuar trabajando. Otros Estados y personas sean quienes se definan si están a favor de apoyar nuestro derecho a los derechos o sus intereses y los de una tiranía.

Portavoz del Movimiento Cristiano Liberación.

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